miércoles, 4 de mayo de 2016

Alba.

Un día conoces a tu otra media vida, a tu otro medio yo. Y la conoces como se conoce a las personas que marcan tu alma, por casualidad, o porque el destino, la suerte, o lo que sea que mueva los hilos de nuestras vidas decide ponerla en tu camino para enseñarte a querer a alguien con tanta fuerza que sobrepasa los límites del amor que un día imaginaste. También la coloca para, sobre todo, aprender a quererse a una misma, y a reírse de los errores propios, porque la risa cuando la compartes siempre es mejor, y más si la compartes con ella.
Hablo de la persona que un día aparece y sin avisar, comienza a significar algo tan grande, que abarca tanto, que no se puede llegar a explicar en este mundo. Quién sabe si en otra dimensión.
No puedes entender el amor hasta que te abraza, porque lo hace tan fuerte que consigue unir todos los pedacitos rotos, como si quisiera reconstruir las ruinas de lo que puedes llamar vida gracias a que la vives a su lado.
Espero ser capaz algún día de devolverte tanto.
Gracias por ser ese ''tanto'' incondicional y gracias por ser tú, esa, mi otra media vida.

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