martes, 17 de diciembre de 2013

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No creo que pueda llegar a definir exactamente como son, a encontrar las palabras adecuadas para que alguien se haga una idea fiel de cómo son en realidad sin verlos. Nunca había visto unos iguales, con un color más intenso y que transmitieran tanto como aquellos. Claro está que puede que no se tratara de los ojos en sí mismos, sino de quien mirara con ellos, o simplemente de la forma en la que lo hacía, al igual que un beso no tiene valor en sí mismo, sino en toda la historia que le sigue detrás dejando una estela de risas y llantos, de recuerdos, de ilusiones. Quizás la culpa de todo esto lo tienen ellos, aquellos ojos verdes que veía casi a diario, ¿y lo que hubiera dado por verlos todos los laborables y festivos? Nadie lo sabe. Es posible que si no me hubiera parado a mirarlos, jamás me habría hundido tan profundo. También sé que nuestra historia era imposible, y sin embargo fue, así qué quizás aquella chispa graciosa me haya servido hoy para algo, aunque solo sea para madurar, y ver la vida de otra manera.

No recuerdo exactamente cuando los vi por primera vez, pero no andaría muy lejos de la segunda quincena de julio, en aquel lugar donde acostumbraba a pasar los veranos año tras año. Sin embargo no quedé hechizada hasta meses después, porque no es lo mismo ver que mirar, de la misma forma que no es lo mismo oír que escuchar. Ahora me pregunto que sería en este momento, si hubiera decidido frenar cuando debí, en quién me habría convertido, a cuantas personas habría conocido y sobre todo, si hubiera encontrado aquel color en el rostro de otra persona. Hoy me doy cuenta que no, y puede sonar típico, pero aquellos ojos eran especiales, quizás algún día podáis entender de lo que hablo.

Seis tonos más claros que los míos, color miel, como mi abuela acostumbraba a decir. Lo cierto es que me enamoré de él más deprisa de lo que me hubiese gustado, sin embargo tardé en darme cuenta ya que cuando fui consciente, habían pasado ocho meses y miles de momentos que la vida ni siquiera me había dado tiempo a disfrutar.


Ojala existiera uno como él para cada una de las que habitamos el mundo, aunque dudo que ninguno pudiera asemejarse ni una mínima parte al brillo del que os hablo. 

1 comentario:

  1. Eres tan mona y expresas tan bien tus sentimienros. querria conocerte me haria muy feliz

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