lunes, 6 de abril de 2015

Perdones a destiempo.

Creo que deberíamos dedicar más tiempo a mirarnos a los ojos, a rozarnos y descubrir nuevos paraísos. A olvidar los dolores del pasado y sanar las cicatrices con besos desde el alma. Deberíamos dedicarnos a vivir cada segundo como si el próximo no fuera a existir. Deberíamos vivir en un elixir de juventud eterno y comernos a locuras, dejar de imaginar y contarnos lo que nuestros cuerpos no se hacen y empezar a arder y resurgir de las cenizas, florecer donde un día lloramos. Amarnos. Besarnos. Dedicarnos a abatir nuestros demonios, dejar de temer esconderse en uno mismo porque dentro está muy oscuro. Absorber la soledad, recorrer la distancia, detener los atardeceres.
Creo que deberíamos dedicar más tiempo a mirarnos a los ojos.

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